“Me aventuraría a afirmar que Anónimo, que escribió tantos poemas sin firmar, era a menudo una mujer”, dice Virginia Woolf en Una habitación propia. Y es que si bien en la literatura podemos identificar una amplia cantidad de obras escritas por mujeres, hay varias realidades que no debemos ignorar; entre ellas, que no siempre hubo espacio para las autoras y aún existe una amplia brecha entre la cantidad de títulos creados por hombres y por mujeres.
Un ejercicio rápido. Haz una lista con los primeros 20 nombres de escritores que vengan a tu cabeza. ¿Cuántos son hombres y cuántos mujeres? Sabemos la respuesta y no, no se trata de emprender una batalla para decir quiénes escriben más. La observación va en otro sentido. Esta inequidad provoca una falta de representación de las perspectivas y realidades femeninas en el mundo de los libros.
Tener más plumas femeninas no sólo permite que haya relatos más representativos y realistas en cuanto al trazo de los personajes femeninos: también constituye una forma de derribar los estigmas de género. A final de cuentas, novelas, poesías, cuentos, llevan implícito un discurso.
¿Cómo es ese discurso cuando estamos inmersos en una industria y un arte mayoritariamente masculino? ¿Y si un alto porcentaje de esas obras masculinas replicaran ideas machistas? Todas las esferas sociales y artísticas tienen un impacto en la reproducción y permanencia de esos mensajes, pero la literatura juega un rol fundamental, al ser un arte y un medio que abre mentes, conversaciones, y que es tomado como referencia y llega a la mano de cualquiera.
Por eso, en Sucede Leyendo nos sumamos a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el 8M, con una selección de libros escritos por autoras. En sus páginas encontramos diversidad y representación; historias que, de no ser por ellas, no conoceríamos.
Las tres bodas de Manolita, Almudena Grandes
Almudena Grandes nos dejó una obra prolífica, de historias infinitas, con una relación directa entre las mujeres y la Guerra Civil Española, época en que sobrevivir era casi azaroso. Las tres bodas de Manolita es el tercer volumen de la saga Episodios de una guerra interminable, a la que se le agregaron tres volúmenes más, generando así una obra histórica que es referencia obligada sobre las atrocidades de la dictadura franquista. Manolita, de apenas 18 años, con su padre y su madrastra encarcelados y su hermano Antonio escondido, debe cuidar a cuatro hermanos pequeños, en medio de la posibilidad que significa la libertad.
Barcelona es la ciudad ideal para estudiar Letras. Andrea lo sabe, pero la tensión y la violencia llenan de incertidumbre sus días. El relato maneja dos microcosmos particulares, el sórdido clima familiar y la limitada cordialidad universitaria. Una versión actualizada de Cumbres borrascosas, según la crítica. En Nada sobresale la maravillosa sensibilidad de una voz femenina tan propia que enmudece, que nos sumerge en una lectura ansiosa.
Las malas, Camila Sosa Villada
La mezcla de lo poético con la crudeza emocional de Camila Sosa Villada hace único su tono realista mágico. Literatura disidente en cada línea de lectura, un quiebre respecto del prejuicio y la hostilidad hacia el otro. Las malas es una novela que une y, aunque el título anuncia lo contrario, está llena de chicas buenas. Fue galardonada con el premio Sor Juana Inés de la Cruz en la FIL 2020 y catapultó a la autora como una de las voces más agraciadas de la nueva corriente literaria latinoamericana.
Las indómitas, Elena Poniatowska
“Allí donde México se va haciendo chaparrito, allí donde las calles se pierden y quedan desamparadas, allí vive la Jesusa”. Así comienza esta obra maestra de una de nuestras autoras preferidas. Jesusa, quien “va con el siglo. Tiene 78 y los años la han empequeñecido como a las casas, encorvándole el espinazo”, es la primera de las mujeres que aparecen en estas historias que atraviesan las luchas sociales en México, mujeres anónimas que lucharon en distintos momentos de la historia mexicana y en diversas circunstancias: Jesusa Palancares, Alaíde Foppa, Nellie Campobello, Josefina Vicens, Rosario Ibarra de Piedra, Marta Lamas y Rosario Castellanos, quienes también se abrieron paso en una época literaria dominada por los hombres. Este libro, que da voz a las indómitas, a las olvidadas, le valió a Poniatowska el Premio Cervantes 2013.
Una palabra tuya, Elvira Lindo
La literatura contemporánea española tiene su referente: Elvira Lindo, quien con Una palabra tuya ganó el Premio Biblioteca Breve 2005. La historia cuenta las desavenencias de Rosario y Milagros, dos barrenderas amigas desde la infancia aparentemente vulnerables, pero firmes ante sus contradicciones. Lo más cruel de la vida triste, lo más profundo de la piedad y el perdón. La pluma de Lindo se sostiene por su manera de narrar la cotidianidad que crece como encrucijada moral, repleta de grandeza, dignidad y nobleza humana.
Recuerdos del futuro, Siri Hustvedt
El punto de arranque de esta inclasificable novela es el encuentro de una escritora con un viejo diario íntimo, escrito en el primer año de su nueva vida en Nueva York, a finales de la década de los setenta del siglo XX. ¿Qué haríamos nosotros si nos encontráramos con un diario escrito muchos años atrás? El de la novela tiene un título: Mi nueva vida. Y ahí empieza esta historia repleta de acción, amor, reflexión y literatura. Hustvedt nos lleva de paseo, con una prosa sin igual, por la metaliteratura, el feminismo, la psicología profunda y la evolución del personaje en cada nueva página.
Una habitación propia, Virginia Woolf
¿Qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, una habitación propia. Ese es el punto de partida de este ensayo que Virginia Woolf publicó en 1929, apenas nueve años después de que las mujeres inglesas ganaran su derecho al voto, en la época de las sufragistas. Y aunque tiene casi 100 años, no deja de sentirse vigente, por las reflexiones poderosas que contiene.
Yuna es mucho más que una narradora extravagante; es inolvidable. Hermana y prima de mujeres minusválidas, con discapacidades mentales o físicas, Yuna tiene problemas de lenguaje: los signos de puntuación la agotan, al igual que las comas y las palabras nuevas, las cuales busca en el diccionario, aunque eso le implique una fatiga insoportable. Para compensar sus dificultades con la palabra, Aurora Venturini convirtió a Yuna en una pintora excepcional, un don que la ayuda a salir adelante a pesar de la desconfianza del resto de su familia. Los hombres que aparecen en la novela están ausentes o son pequeños villanos, mientras que las mujeres soportan desgracias y planifican venganzas.