De origen cubano, y residente de México por varios años, Igor radica ahora en Ibiza, España, donde vive con sus perros y otros animales (no es spoiler, lo publica en su perfil de Instagram). Desde el otro lado del charco, respondió algunas preguntas de lectores curiosos.
¿Cómo es el lugar donde escribes?
Vivo en una finca payesa en Ibiza e instalé mi estudio en el cuarto más pequeño de la casa. Sobre una alfombra azul hay un escritorio blanco que yo mismo diseñé en forma de u: un lado tiene vista al mar, otro me permite escribir de pie y el tercero está frente a un muro blanco, para cuando no me puedo permitir distracciones.
¿Cómo llegaste a publicar?
Envié mi manuscrito de Ese horrible deseo de pertenecer justo cuando iniciaba la pandemia. Pasaron meses y no supe nada. Pensé que tendría que esperar años y no fue así, afortunadamente. Firmé mi contrato casi el día de mi cumpleaños y justo un año después, el 3 de agosto, iniciamos la promoción.
¿De dónde surgen las historias que cuentas?
De experiencias vividas, combinadas con un montón de imaginación. También puede ser de un artículo que haya leído en la prensa.
¿Cuál fue la primera lectura que te dejó sin habla?
American Psycho. No quiere decir que sea mi novela favorita, de lejos no lo es, pero aluciné con la libertad de Bret Easton Ellis para describir ciertas escenas tan a detalle. Era un adolescente y nunca había leído nada igual.
¿Qué cambió en ti desde que elegiste dedicarte a la escritura hasta hoy?
Fue el pretexto para mudarme a Ibiza. Llevo ya tres años y medio aquí, con una vida tranquila en el campo, dedicada al deporte, mis animales, la naturaleza y la escritura. Mi ritmo cambió. También leo mucho más. Siempre lo he hecho, pero ahora considero leer como parte de mi trabajo.
¿Qué frase de tus libros te representa?
“… a sus monstruos, uno debe aprender a quererlos”.
¿Quién te lee antes que nadie?
Dos amigos escritores, un compañero de la universidad y mi padre.
¿Qué tiempo dedicas a comunicarte con tus lectores? ¿Qué medios usas para ello?
Es una parte que disfruto mucho, sobre todo cuando me permite estar en contacto con los lectores. Instagram es una buena herramienta. Goodreads también. Y los clubes de lectura son mis favoritos.
¿Alguna vez te has sorprendido al releer lo escrito, preguntándote cómo fue que salió de ti?
Me sorprendió mucho reconocer una escena de Ese horrible deseo de pertenecer en un cuento que había escrito hace más de 20 años y del que no me acordaba en absoluto.
¿Eres libre de escribir lo que quieres?
Sí y me aferro a esa libertad.
Mientras escribías Ese horrible deseo de pertenecer, ¿pensabas en tu lector?
No en un lector abstracto. Al escribir una escena, a veces pienso en algún amigo o conocido, e imagino qué pensarán al leerla. Se las dedico.
¿Estás trabajando en algo nuevo?
Sí. Una novela de ciencia ficción ambientada en Islandia. En unas semanas viajaré a esa isla para acabarla.
Ese horrible deseo de pertenecer, de Igor Ramírez García-Peralta
