El día que aprendí que no sé amar, de Aura García-Junco, puede leerse como un ensayo, un anecdotario de situaciones donde la duda alimenta la escena erótica, donde las preguntas nos llevan a nuestra propia incertidumbre de qué hacer con el amor en tiempos de redes sociales, de matches indiscriminados, de romances fallidos, de monogamia en decadencia y de preceptos religiosos que se desvanecen con el correr de la realidad.
A primera vista resultaría sencillo catalogar este libro como romántico, pero afirmar semejante hipótesis sería reduccionista y de mal gusto. Aura García-Junco se tomó muy en serio la investigación, y llega a las librerías para abrir cabezas, para llenarnos de preguntas, algunas más incómodas que otras, pero todas marcadas por una amplitud de recursos estéticos, literarios e incluso filosóficos.
Nada en El día que aprendí que no sé amar, de Aura García-Junco, está desprovisto de estructura. El libro es un híbrido perfectamente equilibrado, pero híbrido al fin, como lo es el amor, como lo son las relaciones humanas: perfectamente imperfectas.
La incoherencia es imposible de evitar, tanto como la coherencia. Los individuos somos incoherentes. A todos nos queda un pelo en la boca después del acto amoroso. Los sujetos que interactúan son reales, hablan opinan, conocen y desconocen con la misma pasión: la del amor y la duda que genera; la del deseo, no uno universal, sino uno ínfimo y real.
Surgen muchas preguntas en Aura García-Junco. Una interesante es “¿Qué somos cuando vaciamos nuestra bolsa?”. Encontramos un lápiz de labios, por ejemplo. ¿Esto es por decisión propia o por el patriarcado, que nos obliga a ser bellas según su deseo? ¿Quién dice que con la pintura labial somos más bellas?
El gusto no se puede manejar. No se puede reeducar, porque fue formado a través de la información que nos dictaron los medios, nuestros familiares y amigos cercanos, la religión, la vida misma. ¿Y entonces qué hacemos con los placeres que nos generan nuestros propios gustos? ¿Los desechamos, los pensamos nuevamente? Los gustos también tienen que ver con los vínculos sexoafectivos. Imposible negarlos: cambiar los parámetros básicos del deseo requiere un cambio social, no individual. Las producciones de alcance mediático son las primeras que tienen que hablar de estos temas. Castear a gente diferente. O seguiremos con una visión colonial y con las mismas dinámicas de poder.
Sin embargo, el libro no es evangelizador. No intenta convencer de que algo es mejor que otra cosa. No es un manual, sino un antimanual de instrucciones del amor libre, que contradice, en ciertos aspectos, los principios de la locura. El amor es el principal aliado contra ésta. Aura García-Junco nos ayuda con preguntas que todes nos hacemos día a día, cada vez que sentimos amor, en la manera que mejor nos hace sentir.
El libro de Aura García-Junco es una piedra: puede lastimar, atacar, defender o ser un pisapapeles que afiance los deseos. Porque, a final de cuentas, de eso se trata: de desenmascarar al sistema económico que se mete, sin permiso, en nuestro cuerpo de formas inesperadas, eligiéndonos, exigiendo y haciéndonos desear cosas que no necesitamos, que no queremos, que son contrarias al amor.
Aura García-Junco nos cuenta que lo amoroso también tiene que ver con la vergüenza: las fantasías están habitadas por pensamientos clasistas, y deseamos lo que nos hacen desear. No por nada la pornografia es la educación sexual más difundida entre los jóvenes. El libro muestra datos que sorprenden, por ejemplo, que los adolescentes buscan en el porno la forma de integrarse a la vida sexual o que el día de la marcha de las mujeres contra Trump el consumo de la pornografía bajó un 40%, ¿cómo podemos pretender una sexualidad sana, entonces? Los datos de Pornhub parecen reveladores.
Un libro amable sobre el amor que no arroja máximas, sino mínimas que tienen calle; sobre lo anecdótico, que es político, que puede cambiar las cosas. Un libro que genera mucho más que frases armadas. Un libro repleto de goce: de la investigación, del amor, de lo sexual. Aura García-Junco logró un híbrido que pesa fuerte. Un libro que brinda la esperanza de que se puede cambiar la forma de amar.