Un descuido cósmico es un libro plagado de magia negra, hechizos, brujería, adivinación, curanderas, contactos de otra dimensión y la naturaleza a flor de piel; estos relatos, que si bien parecieran nacer de conflictos, dinámicas y vínculos de lo cotidiano, arrasan con la lógica natural del mundo y para eso, como dice Julio Cortázar, «En la literatura lo fantástico encuentra su vehículo y su casa natural en el cuento».
Liliana Blum busca y encuentra una narrativa que la lleve —y los lectores la acompañan— a descubrir, en tiempos donde se recrudece la violencia contra las mujeres, nuevas formas de sobrevivir en el terror, la ciencia ficción, lo fantástico, así como lo mínimo, el detalle que enmudece. Lejos de estremecernos como Stephen King, sus cuentos conmueven en lo profundo porque nos hablan de una sensibilidad femenina preparada, casi históricamente, para este tipo de experiencias.
En las narraciones de Un descuido cósmico las protagonistas son mujeres invisibles para la sociedad en que vivimos: solitarias, ancianas, migrantes, divorciadas, entre otras, y los villanos, antagonistas o ausentes los encarnan varones. Aunque no se entabla diálogo con ellos, los hombres son accesorios. Las historias ganan espacio con lo sobrenatural y lo animal, y cada una muestra una pulsión por encontrar la manera de soltar lazos con el patriarcado y reivindicar la lucha histórica y actual por los derechos de las mujeres al mostrar un mundo que, bajo el dominio de los hombres, no dejará de estar cargado de muerte, guerras y deshumanización: «Son los hombres los que matan, los que violan, los que torturan. Casi siempre. La gran mayoría de las veces. Son los hombres a quienes hay que tenerles miedo».
En los ocho cuentos de Un descuido cósmico las protagonistas son mujeres invisibles para la sociedad en la que vivimos y los villanos, antagonistas o ausentes, son encarnados por hombres.
Para Silvia Federici, la teórica feminista italiana que estudia el rol sociohistórico de la mujer en relación con el desarrollo del mundo, la caza de brujas devino del capitalismo y de los procesos de colonización, ya que la restructuración de la Europa medieval rural cambió las formas de producción y reproducción y dinamitó el poder social que ellas tenían: se acusaba y quemaba a quienes se resistían a la marginación y la pauperización social, y en Un descuido cósmico Blum busca dar voz a las «brujas contemporáneas»: mujeres desechadas por las formas actuales de producción, que en México parecen generar espacios, tratos, tretas y pujar contra la frontera capitalista.
Los pactos con el diablo, con los malos, con lo que aparenta ser el lado oscuro, son aceptados, venerados y llevados a cabo. Tal vestido, disfrazado de justicia poética, les queda perfecto a estas mujeres. Pero también hay otro punto donde poner el ojo, quizá el más interesante y llamativo: la muerte selectiva. En un mundo colmado de injusticias, a Liliana Blum debió resultarle un sumo placer elegir con detalle quién merecía dejar de habitar el planeta. Los personajes de Un descuido cósmico merecen la muerte, aun cuando sea la de otros autores como P. Coelho, que, según la protagonista de «Un descuido cósmico», es el escritor más sobrevalorado y por ello muere aplastado por una vaca que cae del cielo.
Entre cada segmento encontramos ilustraciones simpáticas, sencillas y referentes a las tramas; los dibujos, firmados por la autora, son la frutilla del postre para sus fieles lectores y cuentan con una franca sensibilidad y sincera profundidad.
Al final, entre nuestros preferidos están: «Alas a los alacranes», la historia de una esposa traicionada que recurre a la magia vudú como práctica terapéutica; su marido infiel se llama «Orestes», que representa los ciclos de la muerte y la venganza en la mitología. «La semana de Nínive» nos habla de una mujer vampiro y su historial de más de doscientos años de varones abusivos y maltratadores, ideal para quienes se deleitaron con la película y serie What We Do in the Shadows de Taika Waititi; en «Pajarita» una mujer infértil recurre a brujería para quedar embarazada, y «Un descuido cósmico», que da nombre al libro, nos presenta a una mujer que vive con un mapache y un alien que le concede deseos.
Un descuido cósmico, de Liliana Blum
