Un pornógrafo erógeno

Lo explícito de cada línea tiene que ver con el imaginario más desnudo del amor. Cada texto puede ser leído como una confesión donde nada se esconde y los matices se esfuman, ante un deseo de propiedad sobre los pensamientos más profundos y silenciosos.
¿Cuántos ítems –como lista de supermercado erógeno– guían la lectura? Puede haber cientos de puntos de inflexión del amor, y Pedro Mairal los desnuda frente a todos, generando pudor en una sociedad llena de prejuicios. Y a nosotros, los lectores, también nos desnuda, pero no el cuerpo: expone la psiquis de lo que conforma nuestro mapa de excitación.
Y como no hay nada más erótico que la lectura misma, el autor eligió, para nosotros, sus pornosonetos preferidos:

la hipopótama lenta se le acerca
y adán le dice a dios es medio fea
pero igual obligado la bombea
y nuevamente dios abre la cerca
y entra calma una verde cocodrila
y el pobre adán se niega dice please
era más estrechita la perdiz
y ella muestra los dientes lo vigila
adán no ha visto aún a la mujer
se cree que son así medio bagartas
escamosas peludas y lagartas
después va a ser feliz y va a coger
y va a decirle a eva en la catrera
sos mi yegua mi perra mi pantera

si el mundo tradujera su sonido
sería humanamente comprensible
que todo suena a sexo irreprimible
el pájaro piando pervertido
el perro repitiendo recaliente
su ladrido a la atmósfera del celo
los tacos el llamado de tu pelo
el timbrazo apurado del cliente
los motores del día recitando
la guerra del amor los bocinazos
la brama en la avenida los frenazos
la risa lujuriosa palpitando
los orgasmos del gol los piano fortes
el mundo que rechina en sus resortes

yo quiero que seamos siempre aquellos
que fuimos esa noche con el vino
volteados por el viento del destino
flotando en la canción de los cabellos
porque estamos tan sobrios este lunes
tan tímidos y serios y vestidos
y están tan apagados los sentidos
y las horas parecen tan comunes
y en todo hay un silencio de oficina
un zumbido moral y vigilante
y tenemos vendido cada instante
y tomamos café y una aspirina
seremos algún día sólo huesos
volvamos a la cama y a los besos

como hijos de vecinos enemigos
que juegan a un costado de la guerra
así tu mano tímida se aferra
en la sombra a la mía sin testigos
a pesar de las broncas semanales
y las cuentas impagas los reproches
y el silencio allá al fondo de las noches
a pesar de los ánimos rivales
tu cuerpo con mi cuerpo se comprenden
hacen tregua sabiendo su inocencia
y mudos en secreto sin violencia
se enredan y se alían y se encienden
¿qué pasó mi enemiga mi jamás?
los cuerpos simplemente saben más

Pornosonetos, de Pedro Mairal

Pedro Mairal

Pedro Mairal

Nació en Buenos Aires en 1970. Su novela Una noche con Sabrina Love recibió el Premio Clarín en 1998 y fue llevada al cine. Publicó además las novelas El año del desierto y Salvatierra, el volumen de cuentos Hoy temprano, y los libros de poesía Tigre como los pájaros, Consumidor final y Pornosonetos. En 2007 fue incluido por el jurado de Bogotá39 entre los mejores escritores jóvenes latinoamericanos. Trabaja como guionista y escribe para distintos medios gráficos. En 2011 condujo el programa de televisión sobre libros Impreso en Argentina. En 2013 publicó El gran surubí, una novela en sonetos, y El equilibrio, una recopilación de las columnas que escribió durante cinco años para el diario Perfil. En 2015 publicó en Chile Maniobras de evasión, un libro de crónicas. La uruguaya, novela publicada en 2016, obtuvo un éxito notable de crítica y venta. Su narrativa ha sido publicada en más de once países. Salvatierra, elegido entre los mejores libros de 2013 en Estados Unidos, fue traducido al inglés, al tailandés, al francés, al turco, al alemán, al árabe, al italiano y, próximamente, a las lenguas africanas igbo y yoruba.

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