El hijo del hombre es la nueva novela de Jean-Baptiste Del Amo, un autor otrora desconocido para la literatura en español, pero que sin duda aparecerá dentro de las lecturas obligatorias de este 2022, incluso entre las mejores.
El hijo del hombre está cargada de un aire espeso, el aire de un bosque tupido, con olor a encierro y cierta belleza sombría, como la que supo regalarnos otro autor francés contemporáneo, Michel Houellebecq. ¿Será que Jean-Baptiste Del Amo sigue el camino del gran Michel?
El hijo del hombre comienza con un ritmo lento, hay que darle tiempo, con el correr de las páginas la tensión aumenta, caen fichas, Jean-Baptiste Del Amo va brindando información de a poco; de hecho, el comienzo está colmado de adjetivos explicativos, justo lo que la convención literaria actual busca enterrar, creando, así, una pretensión rupturista.
La elección de una tercera persona, bastante fría, alejada de sentimentalismos, que no juzga los hechos, es sin duda consciente y certera. Hay un espacio gigante entre la narración del texto y la sensibilidad de los hechos.
La historia de El hijo del hombre comienza cuando el padre, luego de una ausencia de seis años, vuelve a la casa, así, como si nada, como si la vida fuera solo tiempo y vacío: “¿Por qué se fue? —pregunta el niño—. ¿Por qué ha vuelto?”.
Todo está narrado con un estilo impersonal, que se refleja incluso en los apelativos de los protagonistas: el “padre” es padre, la “madre” es madre, y el “niño”, niño. Solo el tío Tony tiene nombre, el resto son el peluquero italiano o la vecina portuguesa; todos develan una parte de la historia oculta; como en un rompecabezas, vamos entendiendo dónde ocurre lo profundo, dónde está la trama que oculta el iceberg, en este caso, el bosque. Así se revela qué ocurrió con el padre, por qué se convirtió en padre. Un viaje laberíntico hacia el pasado para sustentar la personalidad de ese personaje.
Todo gira en torno a una desvencijada casa en el bosque, en Les Roches, a donde el padre lleva a su familia, sin revelar sus intenciones. La caminata supone un antes y un después. La casa es hostil, fría, un lugar que huele a humedad, a cemento, a ceniza y a tejado enmohecido. Definitivamente, no es un buen lugar para criar al hijo del hombre, menos aún para concebir al siguiente.
Entretanto, la mujer, agobiada, expectante, temerosa, está atrapada en un sistema donde el macho alimenta a la manada, como antaño. “Tomé su ira, su violencia y su avidez por pasión. Me equivoqué”, dice la mujer, que desde el nacimiento del hijo sufre violentas migrañas.
El hijo del hombre tiene un aire de El resplandor, la novela de Stephen King, y es imposible no imaginar a Stanley Kubrick dirigiendo al padre, personificado por Jack Nicholson. Quizá sea pronto para decirlo, considerando que solo han pasado cuatro meses desde que empezó el año, pero definitivamente será una de las novelas revelación de este 2022.