La épica de J. R. R. Tolkien: un anillo para gobernar por siglos la literatura

La épica de J. R. R. Tolkien: un anillo para gobernar por siglos la literatura

El escritor británico J. R. R. Tolkien (Bloemfontein, 1892) murió en 1973, a los 81 años, pero el mundo construido a partir de sus historias de enanos, elfos, hobbits y humanos que luchan contra el malvado Señor Oscuro, Sauron, y sus orcos y magos seguidores en el mundo imaginario de la Tierra Media, reunidas en los tres tomos de El Hobbit (1937), El Señor de los Anillos (1954-1955),  El Silmarillion (1977) y otros spin off —como una colección de poemas, Las aventuras de Tom Bombadil (1962)—, entre otros relatos de fantasía que nutren su cosmos, se constituyó como una obra clave de la literatura universal.  

A través de la nueva edición revisada de su obra que lanza Minotauro, Tolkien sigue impactando a los lectores de distintas generaciones. Pero ¿qué hace que ese mundo de libros y letras ancestrales de fantasía épica resuene aún hoy, cuando los efectos especiales y la IA parecen habernos dicho todo?  

Tolkien fue historiador, estudioso de los mitos y las lenguas, y buscó descifrar lo esencial: el destino de la humanidad. Más allá de si es entre reyes dinásticos, magos, seres fantásticos de la Tierra Media o en nuestra Tierra humana, Tolkien construyó un universo que concentra el amor, el odio, el valor, la cobardía, la paz, la guerra, la generosidad, la lealtad, la traición, el egoísmo y, por encima de todo, la lucha, quizás, entre el Bien (la Comunidad del Anillo) y el Mal (Sauron y sus secuaces). Y, por supuesto, un anillo soberano, el único capaz de “gobernarlos a todos”, que demuestra las contradicciones que conviven entre los demonios interiores y la ética y bondad de nuestra alma: “Basta desear el Anillo para que el corazón se corrompa”. 

A través de la nueva edición revisada de su obra que lanza Minotauro, Tolkien sigue impactando a los lectores de distintas generaciones 

Tolkien nació en Sudáfrica cuando este país era colonia de los británicos y a los tres años se mudó a Inglaterra, de donde eran sus padres. Luego de la muerte temprana de su padre por fiebre reumática y la de su madre, tras pasar penurias económicas, la infancia y adolescencia de Tolkien transcurrieron en un orfanato, donde conoció al amor de su vida, Edith Mary Bratt, y fue acogido bajo el ala protectora de un párroco, quien cultivó su férreo catolicismo. Pero el salvoconducto de esa orfandad fue la herencia de su madre: un amor por las lenguas (Tolkien sabía griego, latín, francés, inglés, galés, gótico, finlandés, islandés, noruego antiguo y alemán antiguo), los cantos antiguos, la mitología nórdica y anglosajona.  

El impulso creativo de Tolkien construyó una cosmogonía en su obra y un repertorio de personajes con pensamientos, costumbres, símbolos e idiosincrasia, a la vez que creó un alfabeto élfico y sus variantes quenya y sindarin, así como el idioma de los enanos, que proviene de las runas nórdicas y el finlandés antiguo. 

La épica no termina en conocimientos históricos y lingüísticos: a los 22 años, mientras estudiaba en Oxford, Tolkien se unió al ejército durante la Primera Guerra Mundial para desempeñarse como oficial de comunicaciones especializado en lenguaje de signos durante la batalla del Somme, en 1916, de los fusileros de Lancashire —sobre esto hay varios paisajes y escenas en sus libros; por ejemplo, “La ciénaga de los muertos”, donde hay charcos barrosos y flotan los rostros de los caídos—. Tolkien abandonó el frente por una fiebre reumática y por mucho tiempo intentó rehuir de aquellos que entendían su trilogía como una metáfora sobre la experiencia de la guerra. Muchos observaron en el fiel amigo de Frodo, Sam Gamgee, a los soldados británicos, quienes aún en momentos de desesperanza mantenían el coraje y el entusiasmo, y sobre él Tolkien sí dijo: “Mi Sam Gamgee es sin duda una reflexión sobre el soldado inglés, de los ayudantes y combatientes que conocí en la guerra de 1914”.  

Al terminar la guerra Tolkien se involucró en estudios de lingüística y literatura, y formó parte de una cátedra que enseñaba anglosajón en la Universidad de Oxford y literatura y lengua inglesa en la de Merton. En Oxford, tras una noche de tragos, charlas y literatura conoció a C. S. Lewis, ferviente católico y autor de la saga de Narnia. En 1937, dos años antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial —Tolkien era conservador, anticomunista, pero profundamente antinazista—, escribió El hobbit, que tuvo éxito inmediato y un acalorado pedido editorial de continuar la saga. La historia, situada en el año 2941 de la Tercera Edad del Sol, narra las aventuras del hobbit Bilbo Bolsón y el mago Gandalf el Gris junto a un grupo de enanos, comandados por su rey Thorin, a lo largo de las Montañas Nubladas para recuperar el tesoro custodiado por el dragón Smaug y así liberar al reino de Erebor. Bilbo encuentra en un túnel oscuro el anillo y, con el transcurso del relato, irá descubriendo su historia y sus efectos. 

En 1954, Tolkien publicó La Comunidad del Anillo, el primer tomo de El Señor de los Anillos, que transcurre sesenta años después de la historia anterior en la Tierra Media, cuando el hobbit Frodo hereda la custodia del anillo de su tío Bilbo Bolsón, quien le advierte sobre su uso, para celebrar el cumpleaños 111 del viejo hobbit en la Comarca. Frodo tiene la tarea de llevar el Anillo Único hasta el Monte del Destino en Mordor para destruirlo y alejarlo de las tinieblas de Sauron, en conjunto con sus amigos Sam, Pippin y Merry y con la Comunidad del Anillo, conformada por elfos, enanos y hombres. Los hobbits se encontrarán con Aragorn, vencerán a los Jinetes Negros y llegarán al refugio de los elfos en Rivendel. Y lo que queda de la historia, se lo dejaremos a los siguientes dos tomos: Las dos torres y El retorno del rey. 

El legado de Tolkien se lo debemos a su hijo Christopher, quien desde 1971 ha recopilado y editado el archivo de su padre, labor que incluye manuscritos sobre otras historias y continuaciones de la Tierra Media: así vieron la luz El Silmarillion, Los hijos de Hurín y otros relatos. Luego, su obra fue llevada al cine bajo la lente y dirección de Peter Jackson, con la trilogía El Señor de los Anillos (2001-2003), para luego regresar con El hobbit (2012-2014). El año pasado se estrenó la serie spin off Los anillos del poder. Es más: el 22 de septiembre la Sociedad Tolkien declaró el Día del Hobbit para celebrar el espíritu de estas criaturas: comer y beber bien, alegría y compartir momentos con familia y amigos. 

J. R. R. Tolkien

J. R. R. Tolkien

Bloemfontein, África do Sul, 3 de enero de 1892 Bournemouth, Reino Unido, 2 de septiembre de 1973 John Ronald Reuel Tolkien nació el 3 de enero en Bloemfontein en el Estado Libre de Orange. A principios de 1895, su madre, agotada por el clima, regresó a Inglaterra con Ronald y su hermano pequeño, Hilary. Tras el fallecimiento de su padre, a causa de unas fiebres reumáticas, él y su familia se establecieron brevemente en Sarehole, cerca de Birmingham. Esta hermosa zona rural causó una honda impresión en el joven Ronald, y sus efectos pueden verse en su escritura y en algunos de sus cuadros. Por su larga y prestigiosa carrera académica, es conocido por ser el creador de El Hobbit, El Señor de los Anillos y El Silmarillion. Sus obras se han traducido a más de cuarenta idiomas en todo elmundo. Fue nombrado caballero del imperio británico y doctor honoris causa por la Universidad de Oxford en 1972. Murió el 2 de septiembre de 1973 a los ochenta y un años.

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