Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

El manga y su idilio con Lovecraft

El manga y su idilio con Lovecraft

En su afán de entender y controlar su entorno, el hombre suele confundir las motivaciones, perderse a sí mismo e incluso quedar a merced de la parafernalia que ha creado a su alrededor para lograr sus objetivos. Del mismo modo, cada descubrimiento en el camino llega a enfrentarlo de forma irremediable con revelaciones que no siempre quiere o está listo para entender y asimilar.  

A partir de tales ideas, el legendario escritor estadounidense Howard Phillips Lovecraft, usando la combinación de la curiosidad y el egocentrismo como llave, en En las montañas de la locura abre puertas a las perturbadoras posibilidades del origen de la existencia, para entregar una de sus historias más complejas y sugestivas. Tal ha sido el impacto de este título, ahora trasladado a un manga posicionado entre las más cautivadoras adaptaciones de su obra. Nos referimos a Las montañas de la locura de Gou Tanabe. 

Los protagonistas son un grupo de científicos en los albores del siglo XX, embelesados con las herramientas recién desarrolladas que les permitirán develar los misterios de la Antártida, territorio hasta ese momento poco explorado. “Cambiar el curso de la historia”, “causar revuelo dentro de la comunidad científica”, son las aseveraciones que más se repiten entre los personajes que encabezan la expedición, llenos tanto de tecnicismos como de la frialdad y la arrogancia de quienes creen tenerlo todo controlado.  

Tal ha sido el impacto de este título, que ahora también ha sido trasladado a un manga, posicionado entre las más cautivadoras adaptaciones de su obra.  Nos referimos a Las montañas de la locura de Gou Tanabe. 

El mangaka Gou Tanabe da réplica a esto último a través de la sobriedad de su trazo, que apunta a un estilizado realismo para la expresión gestual y la anatomía de los personajes. Al mismo tiempo, el artista se aferra al detalle de los escenarios en postales de inquietante belleza polar, las cuales, cuando resulta necesario, se desdibujan para darle total protagonismo al ímpetu irrefrenable del clima, dejando en claro que en cualquier momento este puede desgarrarlo todo sin piedad ni previo aviso. 

Ni siquiera en el preludio, que muestra el brutal y desconcertante destino de la fracción de los expedicionarios y sus perros de trineo, el artista de Las montañas de la locura se permite desviarse con efectismos estériles o efímeros. Por el contrario, al igual que la narrativa en el texto original, el ímpetu del concepto visual se cuece a fuego lento, al enfatizar a los rostros como principales puntos para estirar y retorcer con parsimonia la tensión, y llevarla poco a poco al punto máximo.  

De este modo, el manga envuelve al lector con una intriga adictiva que lo empuja a crear su propia fuente del miedo, con base en especulaciones sobre la naturaleza de aquella maldad primigenia, que aquí apunta a los límites de lo dimensional, lo cósmico y lo sobrenatural, y acecha entre la obsesión que crece de manera proporcional a lo agreste del entorno. La suma de estos elementos alimenta la imprudencia, que sumerge en la estupidez a cualquier persona, sin importar la cantidad de diplomas y reconocimientos académicos que ostente.   

Solo cuando llegan las viñetas de una o hasta dos páginas completas, Tanabe —responsable de adaptar al cómic otros títulos, como El color que cayó del cielo— da rienda suelta a su fascinación por los escritos de Lovecraft. Esto queda de manifiesto entre la tinta de las pinceladas que escurren sobre las visiones de cielo, nieve y mar, y que dan forma a la inmensidad de lo inexplicable, entre espejismos demenciales, grandes e infecciosas formas rocosas, y fósiles de seres inimaginados. 

El manga envuelve al lector con una intriga adictiva que lo empuja a crear su propia fuente del miedo, con base en especulaciones sobre la naturaleza de aquella maldad primigenia, que aquí apunta a los límites de lo dimensional, lo cósmico y lo sobrenatural. 

Con estos elementos, en complicidad con la incertidumbre milenaria, el manga Las montañas de la locura derrumba las certezas de la ciencia, endeble e insignificante ante su propio ego y una realidad mayor que ella. 

  

La edición en pasta dura de Planeta Cómics, cuya portada da un primer vistazo al desconcierto de los protagonistas y el desasosiego de las víctimas, y con letras doradas en los títulos, es una sofisticada invitación a internarse en sus páginas. A la par, gracias a la forma de su lectura —que va de derecha a izquierda—, Las montañas de la locura de Gou Tanabe llega a ser un enrarecido agregado a la espeluznante experiencia para aquellos fans del terror no iniciados en el mundo del manga.

Fahrenheit 451 (novela gráfica), de Victor Santos

Picture of H. P. Lovecraft

H. P. Lovecraft

Estados Unidos, 1890 1937 H.P. Lovecraft (Estados Unidos, 1890 – 1937) es uno de los grandes pioneros de la ciencia ficción y de terror de la historia. Difundió sus relatos a través de revistas y sólo después de su muerte aparecieron en forma de volúmenes. Entre sus obras destacan: El modelo de Pickman, La casa encantada o En las montañas de la locura.

Descubre los libros de los mejores sellos editoriales

Descubre más desde Sucede Leyendo

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo