From Hell, el monstruo que somos todos

From Hell, el monstruo que somos todos

Un punto donde coinciden el arte y la ciencia es el afán de entender mejor la condición humana. Este cruce suele dar como resultado obras que impactan en la cultura, detonadoras de experiencias sugestivas y enriquecedoras que trascienden el tiempo.  

En ese tenor surge From Hell, ficción histórica elaborada con despiadada lucidez a partir de la meticulosa investigación de uno de los mitos más grandes y tristemente célebres de los anales de los asesinos seriales. Ese relato es obra de quien ya desde Watchmen y V for Vendetta reformulaba los códigos narrativos de la novela gráfica: el legendario Alan Moore. 

La trama de From Hell —que ya fue llevada al cine en 2001— es truculenta desde el inicio y alude a los ritos de las logias secretas, jugando con los alcances de las eternas maquinaciones de la familia real británica que, en su afán de maquillar las apariencias, libera los monstruos que engendra y auspicia, mismos que hacen de los desposeídos el blanco de sus obsesiones.  

El drama y la intriga de From Hell se tejen con parsimonia, dejando que a través de la imagen y las conversaciones de otros personajes se dimensione la psique del asesino en cuestión, de quien solo podemos observar sus manos en primer plano. Este sutil recurso permite la especulación acerca de su identidad hasta el momento en que, tras una compleja disertación sobre sus planes y motivaciones, su rostro cobra forma.  

La revelación de esa cara da pie a la carnicería y a la investigación subsecuente. Para ese momento, Alan Moore ya otorgó personalidad a víctimas e implicados, lo que ayuda a establecer una empatía inmediata con el lector. Todo esto aludiendo a temas que aún hoy, desafortunadamente, se mantienen como rasgos de nuestra sociedad: la misoginia normalizada, la manipulación mediática —que aquí aparece en su estado más básico y primario—, y el uso de las etiquetas sanitarias como un estigma y forma de control y represión.  

Pero no solo la gran pluma de Moore hace de From Hell una obra indispensable. El ilustrador Eddie Campbell se convierte en el cómplice perfecto para el escritor británico, con sus visiones de trazos delgados que se multiplican como si fueran grietas sobre el vacío, dando vida a figuras retorcidas por la fatalidad, perdidas en tradicionales composiciones de viñetas. En cada cuadro la orfandad se manifiesta por medio de manchones de tinta, y solo se permiten breves secuencias de pinceladas apacibles que delinean la artificiosa fachada de bienestar tras la cual se esconde la podredumbre.  

En From Hell resulta tan repulsiva como irresistible la mirada descarnada a ese Londres donde el clasismo infestaba el aire. Este rasgo hace de la ciudad misma uno de los principales protagonistas: no solo como escenario, sino con una línea argumental trazada con base en el lado más infame de su historia arquitectónica, aquí percibida como fascinante y enfermiza, transitando con cinismo por calles y puentes para señalar los oscuros secretos de recintos célebres, como las iglesias de Saint Georges, Bloomsbury, y St. John’s, que no volverás a ver igual después de este paseo gráfico.  

Es así que las putrefactas entrañas del viejo mundo quedan expuestas en carne viva a través de la deconstrucción y reinvención de una de las figuras más despreciables y temibles de la historia. De esas que marcaron el umbral de un nuevo siglo, haciéndolo temblar de miedo ante la simple mención de su nombre, venido desde el infierno —como dijera aquella casta que supuestamente escribiera—, un infierno en la tierra, el infierno de Jack el Destripador.  

Las entregas que integran esta novela gráfica originalmente fueron publicadas entre 1993 y 1997, y hoy son recopiladas por Editorial Planeta en un solo tomo de sobria e inquietante presentación en pasta dura.  

Esta edición de From Hell contiene el recorrido bibliográfico de cada uno de los capítulos, detallando los hechos que sirvieron como punto de partida y la fuente de donde estos fueron tomados. Lo anterior deviene en ácido análisis de las teorías sobre la identidad del criminal en cuestión, incluyendo una mención cargada de sorna del controvertido Diario de Jack el Destripador —que viera la luz a principios de los años noventa—, otra pieza fundamental dentro del mito.  

Por todo lo anterior, este título se convertirá, sin duda, en una obra indispensable tanto para los asiduos de los cómics como para los amantes de las leyendas urbanas, estudiosos de la cultura popular y de las letras en general. 

¡Ah, pero eso no es todo! Para quienes busquen ampliar la experiencia con una estilizada carga orgánica, también está disponible la refrescante versión a color restaurada, además de From Hell Companion, edición del guion de la película y de las notas y análisis del propio Moore que revelan su proceso creativo. Sin duda un objeto de colección.  

Alan Moore

Alan Moore

Guionista de cómics británico y con fama de pintoresco, Moore es uno de los motores creativos más importantes de la historia de los cómics. Sus innovadores trabajos, V de Vendetta, Watchmen, La Liga de los Hombre Extraordinarios o From Hell, se han convertido en piezas imperecederas del paisaje cultural contemporáneo. El autor es ganador de más premios y reconocimientos de los que pueden contarse. Sus argumentos han inspirado el guión de varias películas de la factoría Hollywood. Las siguientes declaraciones resumen su opinón sobre su trabajo: creo que la magia es arte, y que el arte –ya sea música, escritura, escultura o se presente bajo cualquier otra forma– supone, literalmente, magia. El arte es, como la magia, la ciencia de manipular símbolos, palabras o imágenes para generar cambios en la conciencia… de hecho, realizar un hechizo consiste precisamente en jugar con las letras, en manipular las palabras, para así alterar la conciencia de la gente, y por eso creo que un artista o un escritor es lo más parecido, en la actualidad, a un chamán.

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