La juventud es un claro rasgo de Elvira Sastre. No lo decimos solo por su edad, sino porque cada párrafo que escribe refleja jovialidad: desde la publicación de su primer libro, frescura y propuesta persisten y se impregnan en cada uno de los títulos y géneros que publica.
Iniciemos este recorrido literario por su obra poética, que llevó a Elvira Sastre a muchos lectores que ahora la reconocen como una de las exponentes del género y que rompe los cánones de los autores clásicos para dejar los versos al alcance de cualquier ojo.
En 2013 publicó Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo, una travesía por las etapas del amor desde todos sus perfiles y vistas, sus caricias y heridas, marcadas en ella como en sus compañeras de vida. Se trata de una voz llena de naturalidad, sin recato ante ninguna palabra, porque las palabras existen para decirse y escribirse, y si con ellas evocamos la sensación y la acción de manera completa, no existe razón para no emplearlas.
En este primer volumen notamos que los amores de Elvira Sastre son varios y se leen con diferentes intensidades, como los poemas dedicados a su padre y madre. A ambos los retrata a partir de escenas de la vida cotidiana enmarcadas por los rasgos individuales de cada uno, y que terminan convirtiéndose en un recuerdo vivo e inmortal.
No dejes de cumplir años,
no dejes de cumplirnos,
no dejes de vivir.
No te vayas nunca,
Mamá.
Mamá, tú no cumples años, cumples sueños
En Baluarte, segundo poemario, encontramos una nueva expresión que nace de la nostalgia, el anhelo, el dolor y la soledad. La poesía se convierte en el refugio ideal para encontrarse a sí misma y grabar en las paredes, a manera de diario, el paso de los días. Las imágenes que aparecen como recuerdos se describen desde un pasado, un presente y futuro posibles: la poesía es el vehículo de cada uno de ellos y Elvira Sastre retrata en cada poema la señal que dejaron en ella.
Te he vuelto a ver desnuda
y se me han corrido los ojos de pena.
Debí borrar aquellas fotos
el día que te olvidé,
¿pero quién sabe cómo deshacerse
del rastro de una estrella fugaz
cuando ya te ha mirado a los ojos?
Uno es preso de todo lo que ha amado
porque el amor es una condena de cadena perpetua
En una cárcel sin rejas.
La poesía jamás te olvidará
Dejamos nuestro recorrido por la poesía con Adiós al frío, publicado en 2020, un año que cambió al mundo de una forma u otra. Aunque el amor no deja de mostrarse en este texto, Sastre no es indiferente a su contexto, a los temas contemporáneos. Por eso, en uno de los poemas más extensos de esta compilación hace foco en las mujeres para hablar sobre la necesidad de mirarnos; describe el actuar, la presencia, la acción y las consecuencias de nuestras ausencias.
Miradnos.
Decidimos cambiar la dirección del puño
porque nosotras no nos defendemos:
nosotras luchamos.
Somos mujeres
Y aunque ejerce muy bien su rol de poeta, no es el único que experimenta acertadamente. Con el libro Días sin ti obtuvo el premio Biblioteca Breve 2019; se trata de una novela protagonizada por Dora y Gael, abuela y nieto. En estos personajes conocemos diferentes encuentros con el amor; por un lado, en una España histórica, llena de contrastes y obstáculos, y por otro tenemos un escenario actual, supuestamente dotado de libertades y verdades que al momento de la lectura parecen imposibles de superar y aceptar.
…él llevaba la literatura por bandera. Solía decir que los libros le habían enseñado lo que la vida no. Que tenía más vidas que un gato porque, con tan sólo abrir un libro, un día podía ser pirata, otro, un niño de la calle y otro, un caballero presto a la batalla. Ese amor por las letras puede salvar el mundo, de verdad que sí.
Y aunque ocurren en temporalidades distintas, Gael, en paralelo a la historia de Dora, busca su propio camino y sentido, una constante en la narrativa de Elvira ya sea en la poesía, el ensayo o en esta novela. La necesidad de encontrarse en las palabras y en los recuerdos que te construyen es una forma de conceptualizar el ser y el estar contigo y los demás.
¿Sabes qué hace que el amor funcione? Una mano extendida.
Por último llegamos a Madrid me mata, y es imposible no contagiarse de la libertad y el asombro que impregnan cada apartado. Las estaciones del año aportan el contexto y la atmósfera del día a día de la ciudad que la recibe (Elvira es de Segovia) para mostrarle que el flujo de las cosas provoca el cambio, ya sea en masa o de manera personal.
Pero en esta etapa Elvira Sastre no solo descubrió la capital española. La soledad, una constante en esta parte de su vida, le permitió reencontrarse y aprender que la ciudad que habita la acabó habitando a ella.
Los detalles de sus lugares favoritos, la realidad que la alcanza, los seres que la acompañan, las luchas de todos y los sucesos que nunca dejan de presentarse son visibles y tangibles en el estilo de Elvira Sastre. Sin duda es una autora que seguirá creciendo y continuará mostrándonos, bajo el cielo de Madrid, sus retratos y postales, miradas que nos entregará envueltas de sensibilidad y frescura como hasta ahora lo ha hecho.
Una mirada es el resultado de las miradas que arrojamos sobre ella.