La literatura tiene una deuda histórica con las mujeres: si no identificas a alguna novelista de la época colonial o una dramaturga del periodo isabelino, no se debe precisamente porque no hayan existido en esos momentos mujeres con interés de escribir.
Varios siglos después, el mundo de las letras sigue siendo un campo de guerra que pide igualdad y respeto. Si bien no todas las batallas se han ganado, cada vez vemos más nombres femeninos en los libreros. En concreto, en el caso de nuestra región, podemos decir que, a pesar de que aún debe recorrerse un largo camino hacia la libertad creativa de las mujeres, existe ya una muy sólida representación de escritoras iberoamericanas en bibliotecas y librerías.
Las publicaciones de las ocho escritoras iberoamericanas que te presentamos a continuación son dignas de ser consultadas, citadas, tatuadas, premiadas y sobre todo recordadas.
Elena Poniatowska
Evocadora de historias, tanto de las que personalmente le tocó vivir como de las ajenas, esas que por medio de su oficio de periodista convirtió obras referentes de la literatura mexicana. De su amplia trayectoria, esta vez elegimos Tinísima. Se trata de un retrato narrativo de la condición histórica de las mujeres, donde encontramos a una fotógrafa (Tina Modotti) que vivió en una época que no estaba lista para ella, pero que eso no le impidió vivir la vida y el tiempo que le tocó. Tina tomó la decisión de que nadie tomaría su voz ni su mirada, ella se pertenecía.
Elena Poniatowska concibió esta obra por petición del cinefotógrafo Gabriel Figueroa, con la finalidad de convertirlo en el guion de una película. Al paso del tiempo, el proyecto no se concretó, pero el trabajo periodístico sobre la vida de Modotti no podía quedarse en el libro. Las entrevistas realizadas se convirtieron en una novela, que confirma que la pluma de Poniatowska trae al presente lo que no debe olvidarse del pasado.
Mónica Lavín
La escritora encontró fascinación en Sor Juana Inés de la Cruz. ¿Y quién no? Este personaje histórico fue una mujer de decisiones, que no dejó vencerse por su contexto histórico, y Mónica Lavín se ha documentado sobre Juana de Asbaje tanto, que los textos que encontró le permitieron descubrir la construcción de su pensamiento. Así, Lavín publicó Yo, la peor.
Capaz de construir argumentos, versos por encargo, obras de teatro, cartas, entre otros recursos narrativos, Sor Juana plasmó con su pluma una época y halló su propia voz en un momento en el que era improbable tenerla por el simple hecho de ser mujer.
Mónica Lavín narra desde la ficción una exquisita obra histórica, llena de sabores, poemas, complicidades y sobre todo de voces femeninas que se encomiendan a Santa Paula, patrona de las viudas. Un texto acerca de una de las grandes, escrito por una de las ocho escritoras iberoamericanas más activas de nuestros tiempos.
Rosa Montero
Marie Curie regresa a su laboratorio en Francia para charlar con Rosa Montero. En La ridícula idea de no volver a verte descubrimos que el pasado se funde con el presente y crean un dialogo atemporal. En medio de esta entrevista ficticia vislumbramos los retos de ser madre, científica, escritora, Premio Nobel, viuda, maestra, entre otros quehaceres sin título académico que alcanzó Marie Curie.
Y ese libro es solo un ejemplo del ejercicio de Rosa Montero de desmitificar la vida de muchas mujeres icónicas. Otra referencia al respecto es El peligro de estar cuerda, que nos relata episodios de diferentes personalidades de gran creatividad, entre ellas la poeta Sylvia Plath y su constante lucha entre su mente y sus palabras.
En ambas obras encontramos a la autora hablándonos desde su ventana, esa que abre cada que explora la sensibilidad, la creatividad y la inteligencia humana. Sin duda, una de las ocho escritoras iberoamericanas imprescindibles de todo librero.
Gioconda Belli
Movimiento y libertad son algunos de los elementos que construyen La mujer habitada de Gioconda Belli. Lavinia, protagonista de esta obra, representa la lucha de las mujeres por encontrar su lugar, y no solo de un territorio sino de los espacios tangibles e intangibles de la sociedad.
La participación de las mujeres en la vida social por medio del activismo, movimientos y causas en Latinoamérica es uno de los motores que Gioconda Belli enciende para echar andar el pensamiento y la reflexión sobre lo que impulsa a las mujeres a salir e involucrarse, sin que nadie te haga una invitación para ser parte. Lavinia no es indiferente a su realidad como no lo es Gioconda Belli, quien desde su obra impulsa a todas a salir a luchar.
Liliana Blum
En Pandora, Liliana Blum narra la vulnerabilidad y la soledad en la que nuestra protagonista, quien en silencio nos comparte todos sus sentires y pensares, la forma en que se percibe como un ente invisible.
Aura García-Junco
El día que aprendí que no sé amar tiene como narradora a Aura. Desde su voz comparte sus experiencias en pareja y conclusiones a las que llega a partir de investigaciones. Entre cada página nos va dando reflexiones y datos duros en diversas temáticas que tienen el objetivo de construir una nueva definición sobre las relaciones amorosas y el contexto actual; habla del placer, la pornografía, la violación, entre otros temas inherentes a las mujeres y su desenvolvimiento en ellos.
Ida Vitale
Si bien Ida Vitale se desenvuelve en diversos géneros literarios, es la poesía en donde más se le reconoce. Representante de la Generación del 45, y ganadora de premios como el Reina Sofía y Cervantes, Vitale presume de una brillantez y lucidez en cada uno de sus versos, que es imposible no verse reflejado entre sus rimas. Ejemplo de esto es su más reciente poemario, Tiempo sin claves, cuyas palabras van más allá de la reflexión, pues buscan reconstruir la realidad a través de su mirada.
Elvira Sastre
Una escritora muy joven, cuyos textos han madurado a la par de ella misma. En cada poemario que nos presenta, Elvira Sastre demuestra que la poesía lo abarca todo, puede ser el recurso narrativo más potente que la literatura le ha dado a la vida y ella lo ha abrazado hasta el punto de ser una las mejores exponentes de este género de la actualidad.
He visto en nosotras
la armonía de la vida y de la muerte,
la quietud del cielo y del suelo,
la unión del comienzo y del fin,
el fuego de la nieve y la madera,
la libertad del si y el no,
el valor de quien llega y quien se va,
el don de quien puede y lo consigue.
Miradnos,
Y nunca olvidéis que el universo y la luz
salen de nuestras piernas.
Porque un mundo sin mujeres
no es más que un mundo vacío y a oscuras.
Y nosotras
estamos aquí
para despertaros
Y encender la mecha.
Somos mujeres, Adiós al frío de Elvira Sastre